Tus labios a la distancia,
cual orillas del más luminoso sendero.
Como la meta de mis más arriesgados sueños,
la causa de mis desvelos.
Tus ojos, dos puntos;
latitud y longitud,
latitud y longitud,
Marcando mis coordenadas.
¿Hacia dónde debo mirar?
¿Hacia dónde debo ir?
Sólo te quiero abrazar.
Tu voz, ese golpeteo de ondas
en mis oídos. La onomatopeya
de tus latidos, estruendosos susurros,
bullicio de palabras,
algarabía de sentimientos.
El eco de tu lejanía desgarra mi ánimo,
mientras que la ilusión de tu compañía
zurce cualquier destrozo.
No cabe duda que: de ti, hacia ti y contigo;
soy, iré y estaré.